Ricardo muere inesperadamente la tarde del 20 de junio de 2014, mientras dormía. Se describía como un uwishín (chamán), hombre-medicina y líder espiritual shuar. Su presencia en España la sentía como parte de la visión del pueblo shuar por integrarse en el mundo, sin perder por ello la propia identidad. En este sentido, fue un hombre de alianzas, de alianza cultural casándose con una madrileña en 2006, y de alianza espiritual haciéndose miembro del Santo Daime en enero de 2011.
El ejemplo de Ricardo de cómo trabajar con respeto con las plantas maestras, y sus enseñanzas, quedan con nosotros: La vida es como es porque así está configurado en “la visión”, porque los shuar ‘trabajan con la cosmovisión’. Ricardo da a entender que cuando una visión afecta a varias personas, o a varias generaciones de personas, la visión no es sólo de la persona que la tiene, sino que esa visión también es de, o que la tiene de algún modo, la o las personas afectadas por la visión. Ricardo da “un ejemplo práctico”: Él ha visto en una de sus búsquedas de visión a una persona trabajando con ayahuasca, con mucha gente. Esa visión «no es sólo mía, entonces es parte de mis nietos y que también va a seguir este conocimiento”. Esa persona en la visión es representada en concreto por un ‘padre o anciano’ rodeado de gente, que representa la continuidad del trabajo con la ayahuasca en el tiempo, transmitida a través de las generaciones. Es una visión que “continúa”, es decir, que esa visión la tuvieron antes los abuelos de Ricardo, y luego la ha tenido el propio Ricardo: La visión de ver a una persona trabajando con la ayahuasca. «Esta visión que he tenido va a continuar donde mi hijo. Luego mis nietos. Doy otros nietos (…) eso nunca termina en el camino». Le pregunto si Carlos, su hijo, va a tener la misma visión. «Sí, la misma visión va a tener, porque es una secuencia del trabajo que está canalizada con las visiones y con las plantas. El tatarabuelo de mi padre, y el padre de mi padre y también ellos tuvieron esa visión para mi padre, pero no sólo para mi padre, sino para los nietos que yo soy ahora.”
Si quieres apoyar la visión de Ricardo, puedes leer este documento:
Oh gran espíritu